lunes, 30 de septiembre de 2013

El poder de los masajes relajantes





Relajación, descanso, piel humectada y un espacio para estar contigo misma, es lo que te ofreces cada vez que eliges recibir uno. Date este maravilloso regalo.

Para muchas culturas el cuerpo humano es considerado como un bien sagrado que poseemos y al que hay que cuidar para sentirnos en equilibro con nosotros mismos y todo lo que nos rodea, porque bien decían nuestros antepasados no hay camino hacia fuera que no se haya recorrido desde dentro.
Y partiendo de este principio a uno le resulta más sencillo comprender el pensamiento del filósofo suizo Henry F. Amiel: “Tu cuerpo es un templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano, respétalo, estúdialo; concédele sus derechos”. Uno de esos privilegios que no le podemos negar es un masaje, esta herramienta que mantiene y procura el bienestar tanto psicoemocional como físico.

El poder del contacto

La terapeuta manuela Cangini explica que ese bienestar que experimentamos durante un masaje y que nos lleva a una relajación profunda es resultado del contacto físico que por naturaleza todos los seres vivos necesitamos, ya que nos transmite empatía, apoyo, seguridad y, cuando proviene de un ser querido, incluso el amor queda de manifiesto por medio del tacto usado además como relajante como parte de la medicina natural para los transtornos psicologicos de salud.

Hay un principo que sugiere que somos la unión de tres cuerpos: el físico, el mental y el espiritual, por lo que si uno de ellos está en desequilibrio, repercute en los otros dos. El masaje ha sido una respuesta a la necesidad de armonizar estos aspectos, por medio de movimientos precisos y diferentes técnicas que se han creado a partir de la capacidad de sentir y entender que nos expresa el cuerpo físico y psicoemocional.

La experta nos aconseja que te sometas a uno con tanta periodicidad como lo necesites, si guardas mucho estrés, pérdida de sueño o te sientes emocionalmente comprometida hazlo; debes aprendes y escuchar a tu cuerpo si sientes que no fluyes es un claro indicador de que hay que hacer cita con tu masajista.

Un buen masaje dura en promedio una hora, no así el ayuvérdico y el tailandés que, dependiendo de las variaciones y del grado de tensión que guarde, podrá extenderse hasta por dos. Lo recomendable es que antes de comenzar lo consultes con el terapeuta.

Hacer un masaje no es cosa fácil, aunque lo parezca, se requiere de un conocimiento total de la técnica, de anatomía y aromaterapia, así que con la misma seriedad que eliges a un médico hazlo con tu terapeuta, ya que tu equilibrio total dependerá literalmente de sus manos.

Al elegir al masajista mi consejo es que pidas recomendaciones entre personas que sepas que lo acostumbran y que ya han probado la técnica de tu interés, esto puede ser una buena referencia.
No prives a tu cuerpo de un remedio natural que promete sanar dolores musculares, liberar tensiones, cansancio y estrés, así como remover energías emocionales retenidas.

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